viernes, 13 de mayo de 2016

3ª FIV - Punción y transferencia cancelada

 
Ingresamos a las 8:30 de la mañana, nos llevaron a una habitación individual y prácticamente no me dieron tiempo a ponerme el camisón, en seguida me tomaron la tensión y me pusieron la vía, a las 9 estaba bajando a quirófano.

Me medio desperté en el ascensor ya de vuelta a la habitación, le pregunté al celador como había ido la intervención y como es obvio me dijo que él no sabía y que luego pasaría el doctor a contarme... Eso me dejó muy asustada, ¿había ido mal y por eso no quería contarme? Locuras que te da por pensar mientras estás medió drogada por la anestesia.

En la habitación estaba M (marido) esperando ya con los deberes hechos, me cogía, me acariciaba. Siempre tan cariñoso y tan pendiente de mi, calmaba mis nervios y me daba esperanzas, porque yo estaba hecha un manojo de nervios, intranquila, pensando que podría repetirse el temido síndrome del folículo vacío.

A las 11:00 apareció el doctor a darnos la buena noticia, había respondido muy bien y habían obtenido 14 ovocitos, ¿14? Siiiii, el triple que la última vez!

Después de desayunar y ver que estaba bien nos marchamos a casa, felices pero conscientes que todavía quedaban días de angustia esperando las llamadas del laboratorio para saber cuántos había maduros, cuantos fecundaban, cuantos evolucionaban y cuantos bonitos blastos llegarían a día 5-6.

Al día siguiente recibimos la primera llamada, de los 14 había 13 ovocitos maduros (bien!) y de los 13 habían fecundado 8 (bueno... Podría ser mejor pero no estaba mal). A día 3 recibimos la siguiente llamada, de los 8 fecundados había 1 que se había parado y de los 7 restantes se apreciaban 3 de buena calidad, así que iban a llevarlos a blastocisto porque había embriones suficientes para no tenerlos que vitrificar y repetir ciclo (bien!). A día 5 recibimos otra llamada, todos los embriones excepto 3 se habían parado por el camino y esos tres estaban en estado de mórula, mañana nos dirían si finalmente conseguían evolucionar a blasto o se paraban (en serio?). 
 

El domingo recibimos la llamada que confirmaban lo peor, ninguno de los 3 había llegado a blastocisto, todos los embriones se habían parado... 

En ese momento te sientes en paz después de semanas de ansiedad, pero también sientes vacío, sientes que luchas contra natura, a una guerra que no puedes ganar, sientes un vaivén de emociones que hacen que no veas nada claro.

Ese día y la semana siguiente fueron días de duelo, días de llorar, de encontrar nuestro papel en esta "guerra", pero por suerte esta vez hemos conseguido reponernos pronto y hemos vuelto a levantarnos con ganas de luchar por lo que queremos. Si a la tercera no es la vencida lo será a la cuarta, y sino a la quinta... ¡Pero no pensamos rendirnos!