El día de la punción volvimos a madrugar para ingresar. No se si porque ya sabíamos a lo que íbamos o por mi apatía en todo el tratamiento, esta vez estaba sorprendentemente calmada, como si no fuera conmigo.
Conseguimos que rescataran 5 ovocitos de los cuales sólo 4 estaban maduros y tratarían de fecundarlos.
Esta vez tenía mejor pinta pero yo seguía completamente apática y tranquila, no como si tuviera esperanzas en que en esta FIV conseguiríamos embarazo sino más bien al revés, sentía que esta FIV sería un trámite más y me decía a mi misma que no teníamos derecho a ser papás... No creía y no confiaba en este tratamiento, no me preguntéis el motivo pero así era.
El día de la transferencia el embriólogo nos contó que los 4 ovocitos habían fecundado pero uno de ellos se había parado esa noche. Nos quedaban tres, dos de buena calidad que son los que nos pondrían y uno de mala calidad que no creían poder congelar. En ese momento los sentí como míos, eran nuestros bebés y estaban hablando de dejar morir a uno sólo en el laboratorio... (Quien no haya pasado por esto no entenderá la carga hormonal que llevamos encima y que nos hace estar híper sensibles). Así que miré a M y pedimos que nos pusieran los tres, si tenía que morirse que lo hiciera dentro de mi... La transferencia fue perfecta y nos fuimos a casa los cinco.
La noche del sábado (día 6) noté unos pinchazos en el útero que me obligaron a estar sentada durante toda la noche, la noche siguiente al ir al baño y limpiarme manché... Voy a ser explícita: Manché restos marrones, como un coágulo marrón y ya no volví a manchar. Me asusté pero también pensé que podría ser el sangrado de implantación, aunque me costaba creerlo.
El único síntoma de esta betaespera fue la cantidad de flujo que tenía en la segunda semana, no de la progesterona saliéndose, no... Cuando me levantaba de la cama o hacía algún movimiento sentía como si me bajara la regla, un "chof" de los de toda la vida.
El día 12 de betaespera decidí hacerme un TE, que segundos más malos se pasan hasta que aparece o no la dichosa segunda marca... Y sí, apareció, una línea muy muy leve al lado de la línea de control... Tan leve que tuve que fotografiarla y enviársela a mis chicas de La Paz para que me dieran el visto bueno... Ahí estaba, nuestro primer TE positivo y yo emocionada pero sin creérmelo, algo me decía que la línea era demasiado débil y que olía a bioquímico.
Al día siguiente repetimos el TE y exactamente igual, eso no subía y yo cada vez me sentía más convencida de que no marchaba bien... A los dos días nos hicimos la beta que confirmaba mis sospechas, habíamos tenido un embarazo bioquímico con un beta de 18 mIU...
Esta FIV la había vivido en tercera persona pero el resultado me dejó totalmente hundida, nunca y digo nunca me he sentido así de rota, nunca me he asustado de sentir que no era capaz de levantar cabeza. Durante semanas no hacía otra cosa que llorar y me ha costado muchos meses y mucha ayuda volver a ver a ser yo.
Esta vez tenía mejor pinta pero yo seguía completamente apática y tranquila, no como si tuviera esperanzas en que en esta FIV conseguiríamos embarazo sino más bien al revés, sentía que esta FIV sería un trámite más y me decía a mi misma que no teníamos derecho a ser papás... No creía y no confiaba en este tratamiento, no me preguntéis el motivo pero así era.
El día de la transferencia el embriólogo nos contó que los 4 ovocitos habían fecundado pero uno de ellos se había parado esa noche. Nos quedaban tres, dos de buena calidad que son los que nos pondrían y uno de mala calidad que no creían poder congelar. En ese momento los sentí como míos, eran nuestros bebés y estaban hablando de dejar morir a uno sólo en el laboratorio... (Quien no haya pasado por esto no entenderá la carga hormonal que llevamos encima y que nos hace estar híper sensibles). Así que miré a M y pedimos que nos pusieran los tres, si tenía que morirse que lo hiciera dentro de mi... La transferencia fue perfecta y nos fuimos a casa los cinco.
La noche del sábado (día 6) noté unos pinchazos en el útero que me obligaron a estar sentada durante toda la noche, la noche siguiente al ir al baño y limpiarme manché... Voy a ser explícita: Manché restos marrones, como un coágulo marrón y ya no volví a manchar. Me asusté pero también pensé que podría ser el sangrado de implantación, aunque me costaba creerlo.
El único síntoma de esta betaespera fue la cantidad de flujo que tenía en la segunda semana, no de la progesterona saliéndose, no... Cuando me levantaba de la cama o hacía algún movimiento sentía como si me bajara la regla, un "chof" de los de toda la vida.
El día 12 de betaespera decidí hacerme un TE, que segundos más malos se pasan hasta que aparece o no la dichosa segunda marca... Y sí, apareció, una línea muy muy leve al lado de la línea de control... Tan leve que tuve que fotografiarla y enviársela a mis chicas de La Paz para que me dieran el visto bueno... Ahí estaba, nuestro primer TE positivo y yo emocionada pero sin creérmelo, algo me decía que la línea era demasiado débil y que olía a bioquímico.
Al día siguiente repetimos el TE y exactamente igual, eso no subía y yo cada vez me sentía más convencida de que no marchaba bien... A los dos días nos hicimos la beta que confirmaba mis sospechas, habíamos tenido un embarazo bioquímico con un beta de 18 mIU...
Esta FIV la había vivido en tercera persona pero el resultado me dejó totalmente hundida, nunca y digo nunca me he sentido así de rota, nunca me he asustado de sentir que no era capaz de levantar cabeza. Durante semanas no hacía otra cosa que llorar y me ha costado muchos meses y mucha ayuda volver a ver a ser yo.
Hola bonita, eres una luchadora y en breve lo vas a conseguir. Nuestro sueño cada vez está más cerca. Soy tu fan y tu amiga y ya sabes donde estamos para lo que necesites Ah! Soy Roisse. Un besazo
ResponderEliminarGracias amor, estoy deseando que lo consigamos, a ti te quedan 3 días para ese positivo! Está chupado, esta vez si que si mi niña!
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